Capítulo 1 del libro: «San Fernando y su contribución a la moralidad médica en el Bicentenario de la independencia del Perú«.


Unanue y los médicos sanfernandinos: hacia una patria peruana

Contexto del nacimiento de un régimen republicano en el Perú

A partir de los inicios del siglo XIX se produjeron los estallidos revolucionarios en la América española. El principal detonante de estos fue el descabezamiento de la monarquía borbónica por la renuncia de los reyes y la invasión napoleónica a España en 1808. Desde entonces, los patriotas, denominados así por su identificación con América (la Patria Grande), recurrieron a las armas frente a España con el objeto de conquistar su libertad frente a las autoridades peninsulares y obtener la independencia de nuevos estados republicanos en América. En estas circunstancias, el virrey Fernando de Abascal y Sousa hizo del virreinato peruano el baluarte y centro de la contrarrevolución en favor de la monarquía.

Las primeras rebeliones autónomas peruanas surgieron desde 1811 en el contexto del crecimiento del descontento indígena y de la simpatía criolla con la revolución iniciada en el sur rioplatense, pero sin avanzar en la libertad del país. Todos los intentos revolucionarios, como la rebelión del Cuzco,  y todas las manifestaciones independentistas en el virreinato peruano fueron reprimidos. 

Sin embargo,  el Ejército de los Andes, después de sus victorias en Maipú y Chacabuco,  organizó una expedición militar – al mando del Libertador general José de San Martín – que desembarcó en el puerto de Pisco (1820) y, luego,  ocupó la ciudad de Lima y proclamó la Independencia del Perú (1821). En esta nueva situación, la autoridad virreinal fue trasladada al Cuzco y se mantuvo en los territorios peruanos no independizados hasta el  triunfo de fuerzas militares revolucionarias – ahora conducidas por el general Simón Bolívar – en  la batalla de Ayacucho (1824), oportunidad en que se firmó la Capitulación de Ayacucho,  dando fin al virreinato del Perú.  En enero de 1826 terminó la última resistencia militar virreinal en Chiloé y en El Callao.

Hipólito Unanue y el Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando

Hipólito Unanue había ingresado en 1789 a la Real y Pontificia Universidad de San Marcos como Profesor de la Cátedra de Anatomía. Con el apoyo de las autoridades virreinales, logró la fundación, en 1792, del Anfiteatro Anatómico, en el Hospital Real de San Andrés. Con motivo de la inauguración de dicho Anfiteatro, pronunció su magistral discurso “Decadencia y Restauración del Perú”. Organizó un programa de “Conferencias Clínicas y Demostraciones Anatómicas”,  las cuales fueron acompañadas con consultas externas para la asistencia a los enfermos.  Tal como aparece escrito en las Memorias de Unanue (1796), el éxito obtenido en estas conferencias lo motivó a pensar en la necesidad de fundar un colegio destinado a la enseñanza de la medicina y cirugía. En 1807, es designado Protomédico del Virreinato. Dos años después, publicará su obra escrita maestra: Observaciones sobre el clima de Lima y su influencia en los seres organizados, en especial el Hombre.

En 1808, Unanue envió al nuevo Virrey, don Fernando de Abascal y Souza, un memorial donde le solicita la creación del Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando, solicitud que fue acogida favorablemente por Abascal.  En la revista Minerva Peruana de 1808 – relata Hermilio Valdizán – se presentó el “Quadro sinóptico de las Ciencias que enseñarán en el Colegio de San Fernando de Lima (…) para formar médicos útiles a la Salud Pública, a las Artes y a la Industria”. “Quadro”  editado con autorización de Unanue y fechado el 13 de agosto de 1808.

Después de las exitosas gestiones de Hipólito Unanue ante las autoridades hispanas,  el  1º de octubre de 1811 es inaugurado el Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando,  independiente de la Universidad de San Marcos y con el auspicio del Virrey Abascal. Luego, se dicta la Real Cédula de 19 de mayo de 1815 que otorga a la nueva entidad el rango de “Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando”, así como aprueba su plan de estudios. La Universidad debió ceder no sólo las rentas de las antiguas cátedras médicas, sino su exclusividad de otorgar títulos, pues el Colegio estaba autorizado también a otorgarlos. De manera unánime, esta inauguración es considerada como la realización máxima de Unanue, en tanto establece el origen de la Escuela Médica Peruana.

Sin embargo, los primeros años del ahora Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando, se vieron afectados   seriamente por la inestabilidad gubernamental y social creada por las campañas independentistas y la situación de la monarquía española.  El impulsor, fundador y primer Director del Colegio, Hipólito Unanue, deja el cargo casi inmediatamente después de asumirlo, al tener que dirigirse a Cádiz para integrarse como diputado a las Cortes que allí se convocaron en 1814.  El Colegio, durante los siguientes veinte años fue casi una institución exclusivamente formal, participando en eventos oficiales, pero con periodos de inactividad.

Hipólito Unanue y los médicos sanfernandinos en la lucha independentista

Desempeñando su importante papel político en la construcción republicana, Unanue firmó el Acta de la Jura de la independencia del Perú el 15 de julio de 1921. Y desde entonces hasta 1926, se dedicó exclusivamente y con especial dedicación a la causa de la independencia de su patria. Desempeñó tal papel durante los gobiernos de San Martín y de Bolívar. Es así, que cuando Bolívar se retira definitivamente del Perú deja a Unanue, como Presidente del Consejo de Ministros, encargado, en calidad de tal, del Poder Supremo. Condición que permitió a Unanue expresar sus ideas médico-sociales a través del contenido de los decretos que dictó, mientras estuvo al frente del Consejo de Ministros. Ideas que en conjunto constituyen toda una política sanitaria. El Congreso Constituyente en 1825, lo declara Benemérito de la Patria en grado eminente

Además de destacar la presencia protagónica de Unanue en los escenarios político y académico de esos años, existe la necesidad institucional de celebrar   la valiosa y sacrificada participación de los profesores, alumnos y egresados sanfernandinos durante la gesta independentista. Participación que fue   reconocida justa y tempranamente, el 27 de agosto de 1821,  cuando el Gobierno del Protector José de San Martín decretó que, en homenaje simbólico a la importancia de la misma,  el Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando pasara a denominarse Colegio de la Independencia.  Reconocimiento oficial que es destacado y validado documentariamente por el médico e historiador Juan B. Lastres en su libro La cultura peruana y la obra de médicos en la emancipación:

“… difundían las ideas (independentistas) entre los rebeldes criollos y fomentaban el separatismo como solución para que nuestro pueblo entrara en el concierto de las naciones libres. Desde la tribuna del recientemente creado Colegio de San Fernando, en el periodismo y por doquier, desempeñando el arte quirúrgico en los campos de batalla o preparando y manteniendo la higiene del soldado, realizaron su augusto papel y escribieron una página de gloria”

(J. Lastres, 1954, p. 71 )

Homenaje a Unanue como Padre de la Medicina Peruana

Los restos mortales de Hipólito Unanue,  reconocido en nuestro país como el “Padre de la Medicina Peruana” y un héroe nacional,  se encuentran en el Panteón de los Próceres de la Nación desde octubre de 1927. Los reconocimientos académicos y políticos a Unanue son el resultado, por un lado, de su actividad como médico a fines de la Colonia al ser impulsor de una corriente modernizadora y científica de la medicina peruana; y por otro, por el papel que cumplió en el espacio político oficial durante el período de tránsito entre la Colonia y la República. Asimismo, los historiadores coinciden en señalar que en él se culminan las tres etapas del patriota ilustrado, en el sentido de reivindicar al hombre del nuevo mundo respecto al europeo, en participar en las negociaciones durante las conferencias entre los representantes de España y el Libertador San Martín, y finalmente participar en los inicios de la construcción de la república.