EL BUEN VIVIR COMO DOCTRINA DEL BIENESTAR SOCIAL

Al ser la salud un derecho constitucional para todos los peruanos, la convierte en un derecho humano, en un bien social y nunca en una mercancía más del mercado de bienes. El marco competitivo apropiado para la salud-servicio debe estar articulado alrededor de la producción en calidad y seguridad de los servicios de salud. No debe regir para este campo, como en forma general hasta ahora existe, que la “norma “sea la oferta y demanda desreguladas.

La salud debe ser considerada también como una inversión para el desarrollo humano, parte de la mejora continua de los procesos productivos, en tanto también en forma continua, se puedan desarrollar las competencias laborales, académico-profesionales, que en diversidad deban darse.

A su vez, el continuo, de la salud-bienestar y la salud-servicios, contribuyen a la generación del valor-trabajo, de la riqueza, de la ganancia. Son parte del plus valor que en otros términos es expresada como valor agregado y/o valor subjetivo, este es un aspecto central para dejar de considerar la salud como gasto improductivo. Es una inversión cotidiana y estratégica, para todos los procesos de producción humano-social. Por tanto, aquí encontramos la visión de generación de valor como también parte de la ética y moral de productores, todo lo cual contribuye a des-mercantilizar la visión de salud propiciada por el capitalismo salvaje en la producción de bienes y servicios.

La salud se ubica entonces, en el buen vivir individual y social de las personas, “mente sana en cuerpo sano”, esto significa buenas prácticas y estilos de vida saludables en la alimentación pertinente-apropiada (seguridad alimentaria), los ejercicios físicos y recreativos, revalorar medio ambientes saludables, cubrir necesidades básicas e indispensables de las personas, para pasar a seguridades fundamentales y la prosperidad-bienestar, que en diversidad, re-equilibren la interrelación con el planeta tierra.

Que la persona sea el fin supremo de la sociedad y el estado, implica que, en otro ciclo de innovación científico-tecnológica, retomemos el propósito-finalidad del bienestar humano-social, en consideraciones equitativas para el compartir y desarrollar la riqueza con equidad social. Implica también superar las visiones simplemente redistributivas de la pobreza, cuando no se impulsa la producción y productividad en sus diversas formas, teniendo en cuenta: las ventajas comparativas, el potencial humano, la generación de valor agregado, el mejorar las relaciones de producción e incremento continuo de la calidad en el desarrollo de las fuerzas productivas del campo y la ciudad.

MEJORA CONTINUA DE LA CALIDAD DE LOS SERVICIOS DE SALUD

Universalidad y plena accesibilidad a los servicios de salud, se alcanzan con políticas y estrategias, que traduzcan en los sistemas-organización, que los servicios de salud son también un bien social y un derecho humano para el vivir bien. En ese sentido se tiene que lograr institucionalizar la estrategia de atención primaria en diversidad sociocultural, para tener trascendente capacidad resolutiva, no solo en la atención a las complejidades de la enfermedad-enfermos, sino en el acompañamiento de cambios profundos en la teoría-praxis de la medicina preventiva y la promoción de la salud.

Esto significa convertir los centros de salud territoriales-poblacionales, en los centros articuladores con capacidad resolutiva, con los gobiernos locales y regionales. Es el organismo inter-relacionador con la población en los campos de la educación, la agricultura, el trabajo productivo, y la instalación de servicios básicos como el saneamiento ambiental-integral, todo lo cual tributa al buen vivir.

Esta es una de las transformaciones fundamentales para superar las erróneas teorías y prácticas de la atención primaria producidas en los últimos 40 años de experiencia nacional y global.

El otro cambio importante que acompaña a la prevención y promoción, es la asistencia calificada, donde encontramos que el referente hospitalario, en distinto nivel, se encuentra precarizado, no corresponde a las necesidades humano-sociales de nuestros pueblos. Al respecto se requiere generar toda una infraestructura, un reequipamiento apropiado, calificación y mejora continua del potencial humano con vocación de servicio, es decir, “servir al pueblo con todo corazón”. El plan hospitalario en distinta complejidad será de carácter nacional y descentralizado, re-concibiendo sus dimensiones y concentrando sus acciones en especialidades correspondientes a los perfiles epidemiológicos de las zonas territorio-población, para el desarrollo tecnológico de vanguardia en salud, desplazamiento de grupos itinerantes de especialidades en zonas del interior del país, y concentración de especialidades en zonas específicas de las metrópolis.

El modelo por propiciar es de universalizar la salud como seguridad social en diversidad pública y privado social. El seguro social de salud público es donde necesariamente se convierta al SIS (superando el carácter de beneficencia pública), de manera que sea un seguro público subsidiado por el estado.

De esa manera las familias-microempresariales, puedan desplegar su capacidad productiva, y, conformen crezcan y se desarrollen, ser parte de la seguridad social en salud. Las sanidades de las fuerzas armadas y policiales también deberán transformarse en seguros sociales específicos para sus poblaciones respectivas y sus familiares.

La actual seguridad social, deberá consolidarse como organización privado-social, con sus principios y valores que sustentaron su fundación. Todas las clínicas y servicios privados deberán también actualizarse como organizaciones privadas-sociales que no propicien el lucro indebido, sino las ganancias correspondientes al desarrollo de empresas con compromiso y responsabilidad sociales.

Otro gran aspecto vinculado a la salud-servicio, es el rol que deban cumplir la industria farmacéutica nacional y trasnacional, para no ser un negocio más o peor otro negociazo simplemente pro-mercantilizador. Aquí es importante también el rol regulador y contralor del estado. Actualmente en este campo existen monopolios y oligopolios que deben dejar de serlo, para que las poblaciones puedan encontrar una mayor accesibilidad. Los medicamentos también deben ser un bien social.