El principal problema de los países latinoamericanos es la enorme desigualdad social que desde hace mucho tiempo les impide un desarrollo humano digno y sostenible. Es ya un lugar común decirlo, y para sustento están los informes anuales sobre el Desarrollo Humano en el mundo que difunde Naciones Unidas. En este marco, el estudio que se presenta es una buena señal del interés que existe en nuestro país por este problema tan importante.
Se trata de un estudio sobre la salud pública de un pueblo olvidado por el Estado peruano. Estas dos características, su campo de estudio y su objeto de estudio, lo hacen especial e importante. Se ha realizado gracias a un subsidio de la cooperación canadiense y forma parte de un estudio multicéntrico sobre las condiciones de salud de pueblos originarios de Perú, México y Argentina.
Se sabe, desafortunadamente, que la investigación en salud (mayoritariamente de índole biomédica y vinculada a la llamada Big Pharma) persiste como una débil función en todos los países de América Latina y también en nuestro país; y dentro de ella, la menor importancia corresponde a la investigación en salud pública. Nuestro país invierte un escaso 0,08% del PBI en investigación y desarrollo, una cifra muy inferior a la de países como Colombia (0,25%), Chile (0,38%) y Brasil (1,24%).
Este estupendo estudio sobre las desigualdades en las condiciones de vida y salud y en la atención sanitaria que reciben las madres asháninka, que usted, interesado lector, empieza a leer, no puede ser más oportuno y relevante. Oportuno y relevante porque es un sólido trabajo de investigación en salud pública que, en vísperas de la conmemoración del bicentenario de la república peruana, tiene el valor de interpelarnos sobre el abismo que existe entre la naturaleza de la ciudadanía social que nos merecemos como sujetos de derecho y la escasa protección social que en la realidad hemos logrado conseguir en esta república imperfecta e incompleta.
El estudio muestra con rigor científico, caracterizado, entre otros rasgos positivos, por un hermoso diseño interdisciplinario e intersectorial y un trabajo de campo participativo y extenso en diversas comunidades, grupos, instituciones y organizaciones de la cuenca del río Tambo de la provincia de Satipo, cómo se producen los procesos de atención de la salud de las mujeres y, de manera especial, de las madres del pueblo asháninka de esa zona del país.
De esta manera ha logrado producir conocimiento científico de alto valor sobre una parte casi olvidada de la compleja realidad peruana.

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