Las presentes reflexiones sobre la limitada aplicación del pensamiento científico, escritas hace casi 4 años; aun mantienen vigencia, por cuanto no solo no ha cambiado el contexto en que fueron escritas, sino que la pandemia puede haber agudizado el problema de la educación médica.
¿LA UNIVERSIDAD PERUANA SERÁ CAPAZ DE RESPONDER APROPIADAMENTE AL PERFIL DE COMPETENCIAS DEL MÉDICO QUE SE HA FORMULADO EN EL PERÚ CON EL LIDERAZGO DEL MINISTERIO DE SALUD?
¿Vamos por el camino correcto en lo concerniente al perfil de formación de los profesionales de salud que deben servir a la población peruana?
La respuesta está en desarrollo, considerando que el MINSA ha definido un perfil y toca a las universidades integrarlo con sus planes curriculares.
¿Se dará esta integración?
HISTORIA GRÁFICA DE UN CAMBIO FELIZ EN LA UNIVERSIDAD MÁS ANTIGUA A RAÍZ DE UN PEQUEÑO CURSO
¿Cuántos ha cambiado nuestra forma de enseñar en la universidad? ¿Cuán adecuados estamos a las corrientes de enseñanza modernas?
Estas y otras preguntas surgirán en nuestros pensamientos al culminar la lectura de este breve ensayo gráfico que nos comparte el Dr. Andrés Morán, fruto de la experiencia en la conducción de un curso de los Estudios Generales que actualmente se imparten en la primera fase de los estudios universitarios.
LOS AÑOS PERDIDOS EN LA HISTORIA DE LA SALUD PÚBLICA NACIONAL
El periodo de implementación y funcionamiento de las instituciones públicas en el campo de la planificación, administración pública y salud pública, fueron denominadas de los «años perdidos», porque al parecer el aporte que dieron fue muy limitado.
El Dr. Domínguez, con su experiencia docente, académica y médica; nos presenta una profunda y exhaustiva reflexión, mostrándonos que los años perdidos no fueron los del funcionamiento de esas instituciones sino más bien el retroceso que se ha producido luego de su cancelación como instituciones formadoras y que hoy, la pandemia, nos cobra al mostrarnos un sistema de salud pauperizado.
SEAMOS EL MÉDICO QUE PROMETIMOS SER AL INGRESAR
Los autores son estudiantes del últimos año de pregrado y comparten su experiencia y reflexiones sobre la vocación, la identificación y conexión social que debe acompañar los actos médicos, que se inician desde el mismo momento de la admisión, y deben continuar durante el trayecto de formación y forja del médico.